La planta de la Iglesia es rectangular, con una sola nave de seis tramos; con 42 metros de largo y 14 de ancho. En el año 1508 estaba construida la capilla mayor, terminándose la construcción de la iglesia y la instalación del retablo mayor en el año 1550. Los materiales que se utilizaron fueron principalmente mampostería y ladrillo, sillares de granito que se encuentran en los contrafuertes, y granito también para los arcos del coro y las columnas que lo sostienen.
El templo está compuesto por tres partes: cabecera, nave y torre, ubicada ésta a los pies del templo y entrada en la planta. Existen tres puertas de acceso al templo, una a los pies y dos laterales, una al lado del Evangelio y otra en el lado de la Epístola. La torre tiene seis cuerpos, habiéndose añadido los dos superiores en época posterior a la construcción de los primeros.
En el costado del evangelio y adosada a la cabecera está la sacristía que es única en la zona, con contrafuertes de granito; su altura es menor que la de la cabecera y la nave. Tiene planta rectangular, formada por arcadas ciegas de medio punto que descansan sobre pilastras adosadas, construido todo en piedras de granito. Actualmente está cubierta por una bóveda casi plana y bastante reformada.
La portada del lado del evangelio tiene un arco conopial, con frente decorado a base de hacer continuar el baquetón central de los tres que componen las jambas.
La entrada a de los pies está cubierta con bóveda de medio cañón que soporta la torre, cubriendo el resto de la nave otra bóveda de medio cañón con arcos fajones. Estos arc os se rebajaron de la bóveda en bastantes centímetros y hubo que construir otros nuevos para servir de sostén a los primeros en 1958.
El lado de la epístola esta realizado con ladrillo y sillarejos diminutos, con contrafuertes de ladrillo con terminación en cuña y dos vanos de media altura. La portada tiene una arco levemente apuntado y sin decoración
El coro está sostenido por tres elegantes arcos de medio punto sobre columnas con capitel y zapata en granito. Sobre estos arcos hay colocada una balaustrada de madera.
El ábside está ocupado totalmente por un retablo.
El interior del templo ha sido reformado después de la guerra civil española.
Es uno de los más bellos de la Baja Extremadura, y una de las joyas más importantes que tiene la parroquia.
No se sabe con exactitud la fecha de su colocación, pero por documentos existentes se puede asegurar que fue terminado en la década entre 1540 y 1550.
El autor del mismo no es conocido, según se desprende de la escasa documentación que existe sobre referido retablo, así como de los autores de las pinturas que lo cubren, aunque no cabe duda de que debieron ser realizadas por maestro y discípulos.
Este retablo es de planta ochavada, adaptado a la cabecera mayor y de amplio desarrollo iconográfico con clara intención didáctica.
Está organizado en tres planos, el del Evangelio, el central y el del lado de la Epístola. Está formado por banco, tres cuerpos y siete calles, dos en los planos laterales y tres en el central, un guardapolvo con decoración plateresca flanquea el retablo por los lados, rematando el conjunto de las calles laterales con plantas, florones y cabezas de angelotes muy expresivas. En el plano central existen dos aletones sobre la tabla de la Crucifixión y remate en forma de pirámide con angelotes.
Los soportes, entablados y el guardapolvo son elementos arquitectónicos de estilo plateresco al que se adscribe el retablo. Los soportes del banco y del primer cuerpo son pilastras con decoración plateresca, los del segundo y tercero son medias columnas de capiteles compuestos, adosadas a pilastras con decoración “ a candilieri”. La decoración plateresca se completa con las cresterías que están sobre las tablas con cabezas de ángeles en los dos primeros cuerpos y en el último alternando con bucaneros.
La iconografía del retablo represente la pasión, muerte y resurrección de Cristo pero desordenadas.
– En el banco están los apóstoles en grupos de tres. En el plano central, a la izquierda del sagrario hay dos evangelistas que podrían ser San Lucas y San Marcos. A la derecha María con dos santas mártires, en el envés de las puertas del sagrario aparecen San Pedro y San Pablo.
– En el primer cuerpo, de izquierda a derecha aparecen las escenas de Cristo y la samaritana, el Descendimiento y la Historia de la Vera Cruz: La imagen de Nuestra Señora de Perales en la hornacina central, a continuación el Vía Crucis, la Flagelación y la Bajada a los infiernos.
– En el segundo cuerpo esta el Ecce Homo, el Santo Entierro y la Resurrección, la Santa Cruz, titular de la parroquia en la hornacina central, y a continuación la Ascensión, el Expolio y Cristo ante Caifás.
– En el cuerpo superior se representa la Quinta angustia, el Prendimiento, Lavatorio de Pilatos, Crucifixin, Burla de los Soldados, la Oración del Huerto y la Coronación de Espinas.
Relevante interés ofrecen también la pequeña talla protogótica de la Virgen de Perales que preside el retablo; talla de principios del s. XIII, de gran valor, por ser ejemplar único en la provincia; y la imagen de “La Virgen con el Niño en brazos”, esta imagen es uno de los ejemplares más valiosos de la imaginiería religiosa de la Archidiócesis de Badajoz;
Es una imagen de alabastro del s. XIV procedente del vecino monasterio de Cubillana; éste se sitúa a orillas del Guadiana, en un paraje de singular encanto paisajístico, que fue parroquia de uno de los núcleos que se integró Arroyo. Sobre el enclave, rico en restos visigodos, pesa la leyenda de haber sido el último refugio del rey Don Rodrigo tras su derrota en Guadalete.
La zona de Arroyo de San Serván, es rica en pinturas rupestres -representando animales, ídolos, escenas de caza y pastoreo, representaciones del poder, etc.-, encontrándose entre el Cerro de San Serván y el de la Moneda una veintena de abrigos: San Serván, La Caseta, Los Tres Canchos, La Grieta, Las Palomas, El Pasadizo, etc. Sus contenidos son de gran variedad, pueden ser situadas entre los años 1500 y 500 a. C., constituyendo uno de los conjuntos más valiosos de su especie. En la gruta llamada de San Serván y San Germán habitaron, según la leyenda, estos personajes, legionarios romanos decapitados por ser cristianos, de los que deriva el nombre del lugar. En sus inmediaciones se encuentran los restos de una ermita dedicada a los mismos.
Al Ayuntamiento tiene editado un pequeño folleto con un plano que recoge la ubicación de las pinturas, y la red de caminos del término municipal.
El cauce al que se refiere el topónimo – Arroyo- es el Tripero, que delimita la localidad por su extremo Sur. Sobre su corriente se encuentra un puente medieval de buena factura, aún en servicio, con tres arcos de ladrillo y estribos por ambos lados. En época reciente se han dispuesto bajo el puente unas zapatas de hormigón y una canalización que desvirtúan por completo el valor histórico y ambiental del monumento.
En sus inmediaciones se conservan las minas de la ermita de San Pedro y el Pozo Tamujal.
El Templo fue reconstruido en el siglo XVIII, época a la que corresponden las pinturas decorativas que cubren sus muros y bóvedas. La visita a Cubillana resulta recomendable, si bien su situación como propiedad particular no hace fácil este propósito
Ermita de la Soledad Ermita de la Soledad -antes de los Mártires San Fabián y San Sebastián-, se empezó a construir en 1515, siendo terminada en el año 1550, fue costeada con las limosnas del pueblo. En el s.XVII se levantó sobre los cimientos de este edificio la actual ermita, conocida como La Soledad.
No conserva en su interior ninguna cosa de valor artístico, excepto la pila de agua bendita, colocada en el interior a la derecha de una de las puertas de entrada, es un ejemplar único de la época visigótica. Actualmente se ha construido una plaza en el frontal de su puerta lateral del lado de la Espístola, que realza las dimensiones y la línea del templo.